viernes, 13 de junio de 2008

My Nirvana

Siento cierta suavidad, que me penetra por los capilares, se inserta cual virus en epidemia y llega a mi corazón. Por un acto reflejo, respondo. Acaricio, observo y sonrió. Si esto fuese llegar al nirvana, lo he hecho.
Sus ojos son como un laberinto sin fin, como la historia sin fin hecho realidad. ¿Es que soy yo o es el? No, somos. Nada más, eso. Somos. Y estamos y existimos y sentimos.
Y especialmente sentimos y no pensamos. Por lo tanto nos volvemos uno.
Y un ruido nos hace pensar que ya no somos uno sino la suma de dos que hacen a la unidad perfecta e indestructible. Moldeable pero a veces rígida.
La realidad nos hace pensar, que cada uno debe volver a su origen, y que mañana será un nuevo día, uno en donde se podrá realizar nuevamente la unidad, y llegar al nirvana otra vez.

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